Siempre han existido los defensores de lo indefendible. En
este caso, algunos militantes de partidos políticos, escritores e intelectuales
pro MUD, han arreciado su discurso contra el desencanto de la gente a raíz de
la suspensión de la agenda anunciada por la MUD en días pasados. Han llegado al
extremo de realizar resúmenes de los reclamos que en los últimos años ciertos
sectores sociales han realizado a la dirigencia de la MUD, para, muy indirectamente,
intentar ridiculizarlos; poniendo en duda la lógica usada por los ciudadanos y dándole
la razón a los “lideres”.
Creo que, a pesar de criticar la incapacidad del chavismo en
eso de reconocer la otredad y, por consiguiente, crear un otro institucionalizado,
parte de la oposición venezolano ha sido contagiada por ese mal. Pareciera que
no son pocos quienes hacen lo que tanto critican. Esto contraría lo que ocurre
en sociedades más avanzadas en términos de institucionalidad y democracia, donde
la voz del ciudadano resulta ser implacable con los políticos y los líderes.
En la Venezuela de estos días, para quienes adversamos el
proyecto autoritario y opresor liderado por Nicolás Maduro, es evidente que
debe existir una solidaridad, casi mecánica, para con la dirigencia opositora, entendiendo
que debemos apoyarles para vencer a quienes nos han quitado
nuestras libertades.
A pesar de ello y estando en una etapa cumbre de esta historia
trágica que vivimos desde 1999, pareciera que el modelo de la “UNIDAD” está
dejando de dar respuestas a la gente, dando paso a un camino, explicado por
Thomas Kuhn en su obra “El Paradigma Emergente”, que lleva al rechazo y al reemplazamiento.
Ahora bien, ¿es esto culpa del carácter caprichoso e
incomprensible de los ciudadanos opositores?, creo que no. Le diría a Laureano
Marquez, quien en un reciente artículo mencionaba los momentos (no las coyunturas) y la rapidez en que la gente ha apoyado y dejado de
apoyar a los líderes MUD en los últimos años, que la posibilidad de que la MUD sea
reemplazada, recae en su actuar y no en la volátil opinión del venezolano.
Considero que, como muchos están haciendo en estas horas, en
vez de cargar contra esa gente “incomprensible”, “criticona” y “radical”, se
debería revisar el actuar de la MUD y tomar medidas para evitar su destrucción, pues sería un hecho que nos colocaría en un terreno muy riesgoso,
donde mesías a lo Chávez podrían aparecer, o, por el contrario, podríamos encontrar alternativas frescas y renovadoras.
En lo personal, teniendo en cuenta la situación que vive Venezuela, no me gustaría tomar ese tipo de riesgos. Es por ello que considero obligatorio
que la MUD de un giro en su ruta y se deshaga de la dañina prepotencia que le
acompaña.
No se le puede pedir a los ciudadanos que no se quejen si,
indudablemente, fueron engañados; “el 26 de octubre no será una marcha
cualquiera”, “haremos un juicio político al Presidente”, “iremos a Mirafores el
03/11/16”, estas son algunas de las promesas “frenadas” ante “santas”
peticiones. No voy a calificar el proceso de negociación (eso es lo que es el
fulano dialogo) como una traición, tampoco como una pérdida de tiempo, pues la
realidad es que no sé qué hay detrás. Tal vez sea la solución y el inicio de la
transición o tal vez sea otra estafa gubernamental. Lo único que si puedo
expresar es mi desconfianza.
El escudo de la MUD
ante la crítica ciudadana se reduce a
repetir que sus últimas decisiones han sido tomadas por petición del Vaticano y para
evitar violencia. Ambas aceptables en medio de la negociación, sin embargo da
lugar a sendas preguntas: ¿acaso al momento de convocar a Miraflores no sabían el
riesgo de que el gobierno arremetiera contra los protestantes?, ¿acaso en reuniones
previas con el Vaticano no se les pidió calma y mesura para iniciar
exitosamente el proceso de negociación? Yo estoy convencido que un sí aplica para
ambas preguntas. Entonces, ¿para qué generaron altas expectativas? ¿Por qué el
engaño? he allí una falta de estrategia y una improvisación inaceptable.
Considerando el opinar de gente cercana y el ruido de la
calle, creo que haber hablado con la verdad
desde el principio y señalar la posibilidad de la ruta de la negociación, habría significado un menor costo político, evitando en cierta medida el mar de acusaciones, desilusiones y reclamos de los venezolanos. Esto es básico: no te quejes si no cumples lo que prometes.
En el fondo este escrito es un llamado de atención a la
estrategia de la MUD. Ojalá no se cierren y escuchen a las personas que, como
yo, les reclamamos una rectificación, esperando más claridad y una estrategia
verdaderamente en unidad. Ojalá que, como ocurre en otros lugares del mundo,
la crítica ciudadana sea usada para mejorar. Es necesario entender que no hay
razones absolutas y, por mucho que se aprecie a un líder o una organización, este aprecio no puede
convertir los justos reclamos de la gente en ideas enemigas. Si caemos en ello,
lamentablemente estaríamos emulando a quienes han destruido a Venezuela en los
últimos años.
Por último me permito citar al Alcalde Gerardo Byde, "Los tiempos de la negociación política, si no llevan a una pronta salida electoral, pueden ser rebasados por los tiempos del pueblo agotado.".
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