La consulta popular basa su legitimidad en el apoyo de la gran mayoría de los venezolanos, pero también cuenta con fundamento constitucional, pues recordemos que la carta magna autoriza al poder legislativo a convocarla. Este acto democrático constituirá una demostración de dignidad, rebeldía y profundo apego democrático, marcando así una inmensa diferencia con el actuar del madurismo y su dictadura.
Basta con ver alguno de los ejemplos en los cuales el poder ejecutivo
ha intentado conseguir el favor de la ciudadanía mas vulnerable para su Asamblea Constituyente, teniendo como resultado el repudio de las comunidades, que no aceptan dar un
cheque en blanco a cambio de una caja de comida, lo cual es una acción admirable y valiente, más en esta época donde el hambre se ha apoderado de la cotidianidad venezolana. Esto es sin duda la
ética de la democracia.
Debido a este estado de rebeldía ciudadana, en Venezuela vivimos una etapa de
recrudecimiento de la violencia; el quiebre del pacto populista gobierno-pueblo
es un hecho, y es que al no poder controlar a la ciudadanía por medio de la dependencia económica, la mejor vía que les queda, según la naturaleza de su gobierno, es la intimidación y la represión.
Para esta etapa, la unidad nacional es fundamental; la
disidencia del chavismo debe jugar un papel importante, y esto debemos
verlo de manera pragmática, pues sabemos que para muchos es doloroso luchar al
lado de quien colaboró en el pasado para que éste régimen se instaurara, pero
hoy día es necesario, y va más allá de derrotar a la dictadura, es necesario para
dar un paso hacia la necesaria reconciliación de los venezolanos, sentando de esa manera
las bases de la tan necesaria estabilidad del país. Esto, por supuesto, sin
permitir impunidad, pues sabemos que la justicia tiene que llegar a quienes han asesinado,
torturado, reprimido y llevado al Venezuela a la miseria.
Sigamos entonces gestando este gran movimiento de unidad
nacional, que debe ponerle fin a la peor desgracia contemporánea de nuestro
país, aprovechemos el momento para reivindicar la civilidad, pues seremos los
ciudadanos quienes en rebeldía ética reconquistaremos la libertad.
La manipulación y violencia dictatorial no podrán más que un país unido, con esperanza y dispuesto a hacer realidad sus sueños de libertad.
La manipulación y violencia dictatorial no podrán más que un país unido, con esperanza y dispuesto a hacer realidad sus sueños de libertad.
Este domingo 16 de julio, VOTA.
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